miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Es verdad que con unas gotas de limón o vinagre se consigue un pelo más brillante?


Parece la pregunta de un consultorio de belleza, pero aunque no lo creas, la química puede darte una respuesta.

Nuestros cabellos son largas cadenas de proteínas unidas entre sí por diferentes tipos de enlaces, como son los puentes de hidrógeno y los puentes disulfuro (cistínicos –S-S-). Cuando el pelo se moja con agua solo se rompen los puentes de hidrógeno, que son los más débiles y que al secar se vuelven a formar. Por eso en la peluquería te moldean con facilidad el pelo húmedo.

El pH normal del cabello esta entre 4-5, y este debería ser el pH del champú que se utilice. Los champús y jabones normales tienen detergentes que son de naturaleza básica. Si nos lavamos mucho el pelo con champú alcalino los cabellos se volverán quebradizos y débiles, ya que a pH igual o superior a 8 se rompen los puentes disulfuro, y es cuando el pelo se riza y aparecen las puntas abiertas.

Se recomienda utilizar sustancias ácidas débiles, como ácido cítrico (limón) y ácido acético (vinagre), que compensen la alcalinidad del champú. Por ello si añadimos unas gotas de limón o vinagre al agua del aclarado, además de conseguir catalizar la hidrólisis de la grasas facilitando su solubilidad, consiguimos un cabello más suelto y brillante.

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